martes, 24 de abril de 2012

La insoportable levedad de los libros


Los libros llenaron las calles de la ciudad. Fue una invasión erudita y silenciosa, su enésimo intento. Albergaban la esperanza de disparar a las mentes vacías para acabar de una vez con la ignorancia del pueblo. La gente volvió a picar en el anzuelo y los compró de forma compulsiva, dándoles el mismo valor que una corbata en el día del padre. Por ello, la voz de muchos de los libros ya estaba condenada a la levedad de una rosa, a amarillear en la soledad de una estantería auxiliar o, a lo peor, servirían como alzas de televisores. Otro año sería.

16 comentarios:

  1. Muchos celebran el Día del Libro quedándose en el soporte material de las palabras. Rara vez llegan hasta éstas. Abrazos

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    1. "Más de 800.000 ejemplares vendidos, 30.000 de ellos incluso leídos"

      Abrazos.

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  2. Por supuesto, en este mundo cuesta bastante concebir algo que vaya más allá de las formas,,, es que la superficie de las cosas es un cobijo muy cómodo para el género.

    Me encanta la metáfora; en todos los campos parece que cada vez más el objeto se lleva por delante al sujeto,,, o mejor dicho se funden en una peligrosa comunión.

    Fuerte abrazo desde el sur.

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    1. Lo que importa ahora es la pose, el acto de comprar y regalar, ya sea un libro, una rosa, un huevo de pascua o unas bragas comestibles. Aunque no leas, no tengas olfato, seas diabético o no uses ropa interior. Compras, regalas, le haces la foto al objeto y la publicas en Facebook. El detalle perfecto. Por suerte aún quedan muchos que ven más allá.

      Un abrazo.

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  3. Hola, Adrián, llegué hasta aquí de la mano metafórica de Juan.
    Tu entrada me hizo sentir sensaciones contradictorias, por un lado es una alegría que se vendan millones de libros, que se haga popular; pero ningún escritor querría que sólo sirvieran como adorno o alza de televisor.
    Tal vez una buena solución es que los usaran de alza luego de haberlos leídos.
    Sea como fuere, en estos tiempos, la levedad no sólo alcanzó a los libros, sino al arte en general.
    Te dejo un saludo. Te sigo.
    Un abrazo.
    HD

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    1. Tienes razón en que la levedad se ha introducido en todos los ámbitos de la vida. No tanta en que un libro sirva los últimos días de su existencia como alza de la televisión, sencillamente porque el televisor no debería existir siquiera. Desde que no tengo uno en casa soy más feliz.

      Un abrazo y muchas gracias, por haber venido y por seguirme.

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  4. Tal como están las cosas, no sé si me parece censurable el entusiasmo efímero por los libros-corbata, la alegría de un día, la cultura del momento. Claro que la lectura debería ser otra cosa; pero el sol, las calles llenas, la vida alrededor del libro en lugar de la oscuridad de una biblioteca... no sé, a mí el ambiente del día me llena de optimismo. Pasajero, pero algo es algo.
    Besos

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    1. Sí, el ambiente llena de optimismo y, por supuesto, algún insensato llegará a abrir el libro que le han regalado e incluso se lo leerá. Entonces habrá caído en la trampa.

      ¡Un abrazo!

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  5. No leo creo que casi nuca leí.Aunque adoro las letras.Te dejo jazmines para que me recuerdes en el umbral de tu blog

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  6. Tengo dos blogs.Y te escribo desde ambos.
    Los blogs son mi pasion No los libros

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    1. Una pena que no leas libros, porque se puede recomenzar una vida, o mil, a partir de ellos.

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  7. Pero somos muchos, muchísimos, los que devoramos un libro tras otro, los que no sentimos "la llamada" del libro solamente el 23 de abril, por puro consumismo, sino durante todo el año. Para nosotros, que un día entero se llenen las calles y plazas de libros es especial, mágico.
    Yo, por lo menos, imagino mi ciudad ideal así.

    Un abrazo.

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    1. Pero no sólo se llenan de libros, sino también de gente, muchísima gente. Aún así, te doy toda la razón en que la ciudad ideal sería así, llena de libros... ¡y con los edificios hechos de Lego!

      Un beso.

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  8. Hola Adríán, me he parado en esta entrada tuya, porque si algo "amo" son los libros. Los de magia, los de historia, los novelescos, los de poesía, los ilustrados....y ¿sabes? ...verlos el día 23 de abril expuestos en un ambiente de 'consumismo', no me importa. Porque mi querer es durante todo el año, y ese día es como me gustaría que fueran todos: con un mercado permanente para los amantes de lo viejo, o de lo usado, o delo nuevo.

    Hay quienes leemos todos los días del año, y como una droga, no podemos vivir sin ello. Quienes los utilicen para "alzar" el televisor...pues...bueno, igual algún día ...los abren ¡quién sabe! (cuando cambien la tele, por ejemplo).

    Un abrazo, y ¡buena entrada esta de la insoportable levedad de los libros!.

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    1. Muchas gracias por dar en el blog una vuelta retrospectiva. ¡Que no mueran las entradas antiguas!
      A mí también me encanta ver las calles llenas de libros, pero cuando se ven más personas que libros, y en su mayoría consumen las lecturas "de moda", no puedo evitar pensar que el 23 de abril podría ser mejor. Pero sí, el televisor morirá antes de que se desintegren las páginas del libro que le sirve de alza, y algún hombre confundido lo leerá sin darse cuenta...

      Un abrazo.

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  9. el mejor regalo que se puede recibir sin dudas es un libro con una linda dedicatoria.
    Muy buena entrada.

    un saludo!

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