miércoles, 1 de diciembre de 2010

La insoportable levedad del escritor


Un diario personal es una gran idea si no tienes más ambición que escupirte a ti mismo lo que llevas dentro, rumiar tus propias tribulaciones. Pero cuando el acto de moldear frases trasciende el ejercicio de la autocrítica, cuando sientes que tus creaciones merecen ser sacadas del anonimato, aparece el germen del escritor. En ese momento te felicitas y comienzas fervoroso tu carrera literaria. Sin embargo, para llegar a la meta no basta con ilusión. El camino resulta demasiado abrupto cuando urgen las obligaciones y existen otras preocupaciones en tu cabeza.

¡Qué terrible es querer escribir pero no poder! Llegar a casa y encontrarte tan cansado que no te sientes capaz de pensar con claridad. Pasar horas delante de una hoja en blanco, o leer incontables veces el mismo párrafo en busca de la perfección y no saber si está bien o mal. No poder contar una historia que se extienda más allá de las siete páginas porque la idea no termina de madurar. Tener la desoladora certeza de que poca gente lo leerá.

La pregunta parece ser: ¿Sobre qué quiero escribir? No tengo la menor idea. Cuando llego a casa lo único que veo claro es la angustiosa cuenta atrás hacia el momento de ir a dormir y dejar que un relato, cuyo argumento cerré hace meses, quede inacabado un día más. Lo único que soy capaz de hacer es anotar ideas sueltas, sinsentidos inconexos que, ante la falta de inspiración, constancia y concentración, concurren en un lugar repleto de infaustos recuerdos, asuntos pendientes y arrepentimientos. Y aun así, no puedo amasar pequeñas ideas con el objeto de aumentarlas de tamaño si no tienen sustancia suficiente, pues corren el riesgo de quedar tan finas que no se sostengan por ninguna parte.

Varios años en este mundo virtual de bitácoras no han hecho sino regar de forma incesante el árbol de mis dudas y azuzar al fantasma de la vocación frustrada. Unos meses aquí me agotan, al igual que me cansa la vida en su plenitud, y asimismo percibo el tedio en aquellos que me acompañan a través de este camino. Lo que en un principio fueron comentarios de apoyo acaban por tornarse en otorgadores silencios y abandonos.

Presiento que solo tengo paciencia para localizar una pieza en mitad de un océano de Lego; todo lo demás lo echo a perder con rabietas, exabruptos y golpes sobre la mesa. No puedo mantener las ganas de luchar eternamente, lo único que soy capaz de garantizar es la levedad insoportable de mi obsesión, condenada al eterno retorno, como la vida. Y si tomo la precaución de emplear la palabra obsesión en lugar de vocación es porque no sé reconocerla, al igual que quien no sabe si ama o desea cuando aún no ha encontrado el verdadero amor.

4 comentarios:

  1. Lo importante es estar a gusto con uno mismo, si a tí te convence lo que haces...¿qué importa si te leen más o menos gente?

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  2. Deja de pensar en el destino y disfruta del camino, no pienses en lo que quieres escribir y escribe, hazlo porque te gusta, hazlo porque te apasiona, y hazlo porque si no plantas la semilla el árbol nunca crecerá. Puede que nunca llegues a escribir un libro ni ganes ningún premio literario, pero llegado el momento podrás mirar atrás y saber que tu vida, que una parte de ti cobro forma de verso, y que de esa manera compartiste un poco de ti con el mundo, puedes que seamos uno, o dos, o quizás cientos los que te leamos, pero siempre habrá alguien que se alegre de incluso en la distancia tu voz no se silencia. Un abrazo amigo!

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  3. Anónimo, no olvides el primer párrafo de este texto. Si nadie te lee, habrás fracasado en tu intento de dar a conocer tus pensamientos. Ni una bitácora, ni un libro, son diarios personales.

    JMPergar, eres el más grande entre los grandes. Mi voz no se silenciará mientras conserve las manos. Aún albergo la esperanza de crear un universo cerrado de historias completamente ajenas a esto que llamamos mundo.

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  4. JMPergar, genial! bonita y perfecta reflexión. Pienso que la vida es demasiado corta y se compone de cosas buenas y malas, pero si sabemos sacar provecho a las buenas, si miramos a nuestro alrededor, nos daremos cuenta de que merece la pena todo y que siempre habrá gente que camine a nuestro lado, cerca o lejos, eso da igual, sentirte querido es maravilloso. Lo más importante es VIVIR a tope, te gusta escribir, hazlo, pero por tu vocación, no pensando en nadie...
    Un beso.

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