jueves, 3 de mayo de 2012

Cuento de azadas


(Este microrrelato pertenece a la tercera jornada de la Primavera de microrrelatos indignados, convocatoria propuesta por Explorando Lilliput y La colina naranja. En estos dos blogs se pueden leer los textos de los demás indignados)

La tasa de paro finalmente desplegó las alas y alcanzó el ciento por cien. Su aliento prendió los lindes del reino y éste quedó aislado del resto del mundo.

Los políticos, que no contaban ni como empleados ni como desempleados, se remangaron las enaguas, abandonaron su palacio y corrieron a refugiarse en las torres de los señores banqueros.

Los hombres, ante la llegada del reinado de las tinieblas, migraron de la ciudad al campo. Regresaron a los caseríos de sus antepasados y retomaron las labores de agricultura y ganadería. Entonces se dieron cuenta de que no necesitaban estar conectados a la mente enjambre de la metrópoli. Lo percibieron en sus labios, cuyo tacto no reflejaban rastro alguno de la sequedad que provocaba el ritmo militar del capitalismo.

Y durmieron a la sombra de un almendro; y perdieron el tono cetrino de sus pieles; y cada gota de sudor que caía de sus frentes, resbalaba por la nariz y se posaba sobre sus labios les suponía un triunfo, porque el beneficio de aquella labor repercutía sólo en ellos; y cada vez que cagaban bajo la luz del Lorenzo olvidaban una estúpida noción de economía; y fueron felices y comieron perdices, y tomates que sabían a tomate, y lechugas que sabían a lechuga.

35 comentarios:

  1. El campo sigue esperándonos, aunque nosotros nos hacinemos en las ciudades para disfrutar de la soledad que nos brinda el anonimato. Abrazos

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    1. Un anonimato que no es tal, pues la mente enjambre, el Gran Hermano, nos vigila. Más que anonimato, es alienación, hipnotismo que nos hace olvidar la mierda en que estamos metidos.

      Un abrazo.

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  2. y entonces el niño que pedía deseos soplando las semillas de dientes de león verá de nuevo a su padre feliz y pensará que los deseos a veces se cumplen... :-) ¡abrazos amigo indignado!Dominique

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    1. Sí, en realidad las cosas no son tan malas como se pintan, ¿no? Hay que sacarles el lado positivo.

      Otro abrazo.

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  3. Adrián, tu relato proyecta una realidad alcanzable, pero sabes que nos perseguirían, nos "feudalizarían", de allí venimos. Creo que el camino es, lamentablemente, derribar esas torres. Pero me alegra que tu relato nos lleve a un mundo en naturaleza.

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    1. Ximens, mi relato no está acabado, por eso tu predicción se hará realidad: acabará habiendo -de nuevo- un enfrentamiento de campesinos contra señores feudales, por aquello de que la historia es circular, o pendular en ocasiones.

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  4. A mí también me alegra, hemos perdido mucho por el camino del campo a la ciudad, quizá se trate sí de recuperar y sobre todo de ser independientes de los mercados, de todos los mercados...

    Gracias Adrián, un abracico.

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    1. Si el progreso son cadenas, dejadme en el campo, o en lo que queda de él. Prefiero mancharme las manos de estiércol antes que con la podredumbre del dinero.

      Un abrazo.

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  5. Me gusta ese retorno a los sabores y al pasado. A la independencia.

    Me gustó ese cuento de azadas.

    Saludos

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    1. Muchas gracias, Elena. Tendríamos que preguntar a alguien que haya vivido en los dos mundos qué es mejor. Y pensar que yo provengo de una pequeña ciudad...

      Un saludo.

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  6. En primer lugar gracias por asomarte a mi ventana...

    Tu cuento es magnifico, parece que conoces bien la huerta y sabes usar las azadas...Bien relatado, con palabras sencillas...

    Yo de huerta también sé un poquico...
    Besicos

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    1. Gracias a ti también por asomarte por aquí. No sé manejar las azadas, la verdad, nunca he tocado una, pero sí sé de tomates y lechugas que saben a lo mismo, a nada. Cuando tengo la fortuna de saborear un TOMATE -así, en mayúsculas- se me saltan las lágrimas, en serio.

      Un beso.

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  7. "... Y durmieron a la sombra de un almendro...". Ojalá no hiciera falta que llegara "el reinado de las tinieblas" para darnos cuenta que hemos perdido la esencia.
    Ojalá hubiesemos vuelto a bailar en comunión con la naturaleza hace tiempo.
    Ojalá pronto me coma una lechuga que tenga sabor a lechuga.

    Me gusta.
    Mucho.

    ¡Un beso!

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    1. Ojalá, ojalá, ojalá... Comencemos por plantar unos tomates y unas lechugas en el balcón, a ver a qué saben. Una vez lo consigamos, ¡estaremos preparados para sobrevivir en plena naturaleza!

      ¡Un beso!

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  8. No se si a estas alturas ese retorno sería una solución. Me pregunto si no habremos pasado el límite en el que ya no hay vuelta atrás.
    Lo que más me gusta de tu relato es que tiene un final feliz, aún hay esperanza para el ser humano.
    Un saludo.
    http://espiralesdetinta.blogspot.com.es/

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    1. No hay vuelta atrás, pero sí nos estamos acercando cada vez más rápido a la pared contra la que chocaremos y rebotaremos, y entonces volveremos forzosamente. Soy más pesimista que optimista, pero esta vez he sacado mi lado positivo.

      Un saludo.

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  9. Gracias por acercarte hasta mi blog el día de mi cumpleaños. Tu historia retroactiva en el tiempo con ese final esperanzador, me ha gustado.

    Me quedo por aquí, para sucesivas veces,
    y un gran saludo!!.

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    1. Ya ves, cuando la tendencia es la indignación y el pesimismo, en la primavera de micros indignados también hay lugar a un poco de luz.

      ¡Saludos!

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  10. Hola

    Nosotros ya no miramos las estrellas. Ya no vemos a la Luna.
    Nos encerramos en las tumbas y comemos plástico dulce.
    Pero tenemos tiempo para cambiar ...

    Abraços do Extremo Sul do Brasil...

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    1. La luna no existe en las ciudades. Lo que se ve en el cielo es la sombra de lo que se puede ver en el desierto de África. Eso dicen, y yo les creo.

      Un abrazo.

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  11. Vengo a devolverte la visita, Un mundo en el que las cosas vuelvan a ser como siempre debieron ser, me parece una bella utopía.

    Un saludo

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    1. ¿Una utopía? Ya me está volviendo el pesimismo al cuerpo, vaya por Dios.

      ¡Saludos!

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  12. Me parece que los que obligan a volver al campo también nos perseguirían allí a ver que sacaban. Pero me gusta tu relato y esa posibilidad de un final de los de antes.

    Besitos

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    1. Nos perseguirían, pero allí les estaríamos esperándoles con azadas y rastrillos. Una rebelión campesina como las de antes.

      ¡Besos!

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  13. De cuando en cuando me descubro planeando comprarme un rebaño de cabras y echándome al monte. Es una opción que va tomando más fuerza a medida que nos vamos adentrando en el fango.

    Me gustó el tono y la redacción de tu indignación.

    Un abrazo,

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    1. No sólo eres tú quien moldea ese tipo de planes. Lo que pasa es que yo quizás preferiría algo más a nivel del mar, aunque no tan cerca de la playa.

      Un abrazo.

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  14. Yo no veo tan fácil eso de escapar al campo y que salga bien. Aunque sí coincidimos en lo de que el capitalismo y la metrópoli aprietan, y ahogan.
    Un abrazo.

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    1. Aprietan, ahogan y ahorcan. ¿Seríamos capaces de prescindir de los bienes materiales que nos proporciona el capitalismo? ¿Podríamos lograr lo inmaterial sin mediar con el capitalismo? Resulta poco menos que imposible, tienes razón, pero a veces uno se cansa de pensar de forma tan negativa y apetece pensar en finales mágicos.

      Un abrazo.

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  15. Pues yo estoy contigo, Adrián. Creo que cada vez hay más gente que abandona la ciudad para vivir en el campo y sentirse, de alguna manera, más libres.
    Me quedo por aquí.

    Un abrazo.

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    1. Sentirnos más libres... Sentirnos, que no ser. He ahí la cuestión.

      Un abrazo.

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  16. Adrian:
    Me pareció un texto excelente, creo que un blog no sólo debe servir para inflar el ego del creador, generar conciencia a través de un bello texto es una forma de ampliar nuestras metas.
    Un fuerte abrazo.
    HD

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    1. Muchas gracias, Humberto. En estos tiempos que corren es crucial intentar transmitir un mensaje con lo que se escribe, porque después de la indignación ya no queda nada, sólo resignación. Y la resignación conduce a la falta de voluntad.

      Un abrazo.

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  17. Eso seria una gran cosa que mucha gente retornara al campo, que llevara un vida sencilla sin tanta parafernalia material. Un placer pasar por aqui y leerte.
    Regreso pronto.

    http:cuentosdensueno.blogspot.com
    http://a212grados.blogspot.com

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    1. Eres bienvenida, Marilyn. En mi casa ya renunciamos a la televisión. Lo siguiente podría ser Internet, pero, claro, me quedaría sin blog, y eso sería como enmudecer. No, no puedo -ni quiero- enmudecer. Renunciaré a tener coche. Ea.

      Un abrazo.

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  18. En mi pequeño rincón ventoso hay un regalo para tí.
    ¡Un beso!

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