La voluntat d'un poble

Resulta llamativo que en, según los entendidos, el día más importante de la historia reciente de Catalunya no haya ejercido su derecho al voto tres de cada diez ciudadanos. Al final va a resultar que no era tan importante.

Las elecciones de Catalunya han sido un insulto a la inteligencia, un monumental ejemplo de manipulación y de oportunismo. Montar una campaña electoral en torno a la independencia de este pueblo, como si a Catalunya sólo le robaran los andaluces, extremeños y demás vividores de la piel de toro, me parece ofensivo.

Tengo que decir, para dejar las cosas claras antes de continuar con este escupitajo que voy a lanzar a la política, que soy gaditano y ciudadano empadronado en Barcelona, y he querido simplificar estas elecciones limitándome a la lectura de la propaganda electoral que, de un día para otro, me encontré en el buzón, a saber: CiU, ERC-Cat Sí, PSC, PP, ICV, SI, CUP, VD. Propaganda que, por otra parte, debería servir como primera impresión y presentación para interesarse por unos o por otros antes de proceder a la lectura exhaustiva de sus programas.

Y qué desilusión me he llevado, porque, a falta de propuestas más allá de independencia sí, independencia no, España sí, federalismo sensato, y la insultante campaña de UPyD ("contra la independencia, vota UPyD", DNI español en mano), poca cosa más he encontrado, y he tenido que tirar de imaginación para decantarme por una candidatura.

Teniendo en cuenta que algunos han utilizado plástico para envolver semejante mierda, de primeras, he descartado a estos, por contaminantes: seguro que no iban a potenciar el uso de la bicicleta en ciudad.

Y después he descartado al resto, por pesados y por otras razones más. Porque no se puede generar tanta basura que ni la mitad de los receptores ha reciclado; porque la mayoría de esta propaganda ha sido financiada, más o menos directamente, con dinero público; y porque, a cuál más bochornosa, la lectura de estos panfletos dejaba entrever que el enemigo de Catalunya siempre ha sido España y no el Rey Arturo y los caballeros de la mesa del Palau.

Lo sé, he simplificado y tengo que decir, muy a favor de ICV y CUP, que ellos sí han planteado muchas más cosas además del "derecho a decidir" o la defensa de los Països Catalans, aunque no entiendo muy bien el origen de este concepto. Lamentablemente, la inmensa mayoría no les ha hecho ni puñetero caso, y digo con sinceridad que me habría gustado que obtuvieran mayor representatividad.

Atención especial merece la propaganda de un partido como ERC-Cat Sí (para entendernos, Esquerra Republicana), la cual no mencionaba ni una sola propuesta de cara a los próximos cuatro años, sólo se limitaba a especificar los atracos de España a este pueblo. Que sí, que nos ha quedado muy claro que España os roba, pero, ¿qué pretendéis hacer con el dinero que conservaréis de fronteras hacia dentro? ¿Dárselo a La Caixa, o emplearlo en la emergente clase baja? Me da a mí que más bien lo primero.

Esta cruzada contra el Estado español que han instigado Arturo (el que después pacta en el Parlamento con el Partido Popular), Oriol Junqueras y demás personajes me evoca los ecos del Gran Hermano y los enfrentamientos veletas contra Eurasia y Estasia. Ya sabéis, companyes catalanes i companys catalans:

Pau és guerra. Llibertat és esclavitud. Ignorància és força

Ahora que el Mesías Arturo, falso profeta y Rey de la derecha nacionalista, ha visto reducido su poder, me pregunto con quién pactará. ¿Con la izquierda nacionalista, con el centro federalista, o con la derecha españolista? En cualquier caso, el pacto me parecerá un nuevo cachondeo.

Sólo me queda plantearte una última pregunta, Mesías Arturo, ahora que has conseguido lo que pretendías, y que no es otra cosa que quedarte pegado cuatro años más a tu trono de derecha tapizado con la senyera de un pueblo: ¿convocarás el referéndum, o volverás a llamar a las urnas dentro de dos años?