Resulta llamativo que en, según los entendidos, el día más importante de la historia reciente de Catalunya no haya ejercido su derecho al voto tres de cada diez ciudadanos. Al final va a resultar que no era tan importante.
Las elecciones de Catalunya han sido un insulto a la inteligencia, un monumental ejemplo de manipulación y de oportunismo. Montar una campaña electoral en torno a la independencia de este pueblo, como si a Catalunya sólo le robaran los andaluces, extremeños y demás vividores de la piel de toro, me parece ofensivo.
Tengo que decir, para dejar las cosas claras antes de continuar con este escupitajo que voy a lanzar a la política, que soy gaditano y ciudadano empadronado en Barcelona, y he querido simplificar estas elecciones limitándome a la lectura de la propaganda electoral que, de un día para otro, me encontré en el buzón, a saber: CiU, ERC-Cat Sí, PSC, PP, ICV, SI, CUP, VD. Propaganda que, por otra parte, debería servir como primera impresión y presentación para interesarse por unos o por otros antes de proceder a la lectura exhaustiva de sus programas.