En una mano, un sobre: Elecciones locales.
En la otra, unas cuantas papeletas.
En el cuarto de baño, los ecos de camisetas azul y grana desviviéndose por un incierto trofeo.
En la pared, un portarrollos vacío.
En mi cabeza, la primera candidatura descartada.
Descartar quizá sea el más eficiente proceso selectivo. Saludos cordiales
ResponderEliminarEl problema es que siempre se tiende a descartar a los débiles mientras los fuertes siguen en la mano.
ResponderEliminarUn saludo, José Luis.